Campos de Nijar (Almería) Foto de alfredoromero.soy.es/Cultura-Granada
El 'desobediente' Goytisolo ve premiada su trayectoria
El autor de 'Campos de Níjar', escaso en premios, gana el Nacional de las Letras
El 'desobediente' Goytisolo ve premiada su trayectoria
El autor de 'Campos de Níjar', escaso en premios, gana el Nacional de las Letras
25.11.08 -
TOMÁS GARCÍA YEBRA
TOMÁS GARCÍA YEBRA
Iconoclasta, beligerante, camaleónico, apátrida -«la patria es la madre de todos los vicios»-, Juan Goytisolo (Barcelona, 1931) no se casa con nada ni con nadie, de ahí que la oficialidad le huya y le rehuya. El Ministerio de Cultura le concedió ayer el Premio Nacional de las Letras, que es una manera de volverle a negar el Cervantes, galardón que este año se falla el próximo jueves. Dotado con 40.000 euros, el Nacional de las Letras reconoce el conjunto de una obra de un autor español. El año pasado recayó en la escritora Ana María Matute.A pesar de su prestigiosa obra -experimentalista y arriesgada-, Goytisolo ha sido siempre un personaje incómodo: para el franquismo y para la democracia. El motivo: escribe lo que piensa y casi nunca templa gaitas, lo cual resulta -en ocasiones- bastante indigesto. A contracorrienteEn su currículo hay pocos reconocimientos y honores. No ha ganado ninguno de los grandes premios comerciales. Tampoco tiene un sillón en la Real Academia. Se jacta de restregar las verdades y de ir contracorriente. «Para ser escritor hay que ser desobediente», dice. Y lo cumple al pie de la letra. «Castellano en Cataluña, afrancesado en España, español en Francia, latino en Norteamérica, 'nesrani' en Marruecos y moro en todas partes,
Omhar Pamuk y Juan Goytisolo en Madrid (dic/2007)
soy un raro espécimen no reivindicado por nadie, reacio a agrupaciones y categorías», escribió en su obra autobiográfica 'Coto vedado'. Enemigo de ideologías, el autor de novelas que marcaron época, como 'Señas de identidad' y 'Juan sin Tierra', mantiene que cada persona debe de pensar por sí mima y poseer una «conciencia crítica sin interrupción». Goytisolo estudió en los jesuitas y se licenció en Derecho en la Universidad de Barcelona. En 1956 se exilió en París, donde trabajó como asesor literario de la editorial Gallimard. Allí conocería a Monique Lange, con la que contrajo matrimonio. Monique era buena amiga de Jean Genet, un escritor 'maldito' que influirá decisivamente en Goytisolo. Años después del fallecimiento de Monique, el escritor catalán habló sin tapujos de su homosexualidad. Uno de los sucesos que marcarían su vida fue la violenta muerte de su madre en 1938 durante un bombardeo de los nacionales sobre Barcelona. Su rechazo a la España franquista fue tan constante como brutal. Cuando en los años sesenta el régimen comenzaba a coger un poco de oxígeno, Goytisolo escribió 'La chanca' (1962), reportaje donde sacaba a la luz las miserias de un barrio almeriense. En Francia circuló una edición en español (aquí llegó de forma clandestina). Hubo que esperar a los años ochenta para que esta lacerante crítica del franquismo apareciese en los escaparates de nuestro país.Enamorado de lo árabeApasionado del Islam (vive en Marrakech desde 1996), defiende esta cultura en la misma medida que crítica lo que considera «excesos» de Occidente. Ha cultivado el ensayo, la narrativa, el reportaje, la literatura de viajes, los artículos de prensa y las memorias. En 1954 publicó su primera novela, 'Juegos de manos', a la que siguieron, entre otras, 'La resaca', 'Campos de Níjar', 'Señas de identidad', 'Juan sin tierra'.... En una de sus piezas más irreverentes, 'Carajicomedia', no deja títere con cabeza ni santo con peana. Es, además, autor de la serie documental para televisión 'Alquibla', un reportaje ensayístico sobre la civilización islámica.Entre 1969 y 1975 ejerció de profesor de Literatura en las universidades de California, Boston y Nueva York. Durante esta etapa realizó una edición de la novela picaresca 'Vida de Estebanillo González, hombre de buen humor'. También publicó una antología del heterodoxo viajero del siglo XIX José María Blanco White. Goytisolo utilizó al viajero sevillano como una forma de criticar a la homogénea y biempensante sociedad franquista. «A la lengua hay que contaminarla; lo único interesante es el mestizaje», son dos de sus máximas

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