
parque de las ciencias
Encuentros en la cuarta fase
Los Príncipes de Asturias inauguran hoy las nuevas instalaciones del Parque de las Ciencias de Granada, uno de los más grandes de Europa El centro museístico interactivo se amplía a 70.000 metros cuadrados
Encuentros en la cuarta fase
Los Príncipes de Asturias inauguran hoy las nuevas instalaciones del Parque de las Ciencias de Granada, uno de los más grandes de Europa El centro museístico interactivo se amplía a 70.000 metros cuadrados
JUAN LUIS TAPIA
Aspecto de uno de las cinco nuevas salas del Parque de las Ciencias, ayer por la tarde, que suponen su ampliación a 70.000 metros cuadrados. G. MOLERO
Aspecto de uno de las cinco nuevas salas del Parque de las Ciencias, ayer por la tarde, que suponen su ampliación a 70.000 metros cuadrados. G. MOLERO
«Bienvenidos al Parque de las Ciencias y si quieren les recito fragmentos de 'El Quijote'», dice un robot instalado en el hall del museo. Es la nueva imagen de un centro que se ve ampliado a 70.000 metros cuadrados y con una arquitectura que ha pretendido adelantarse a las más avanzadas tecnologías del futuro. Hoy, los Príncipes de Asturias inauguran las nuevas instalaciones del Parque, un espacio que, en palabras de su director, Ernesto Páramo, «ha mezclado lo mejor de la tradición de los museos patrimoniales con los avances de los nuevos centros interactivos». El recorrido comienza en el lucernario, un espacio que aprovecha la luz natural en el hueco dibujado por el 'guiño' arquitectónico a la silueta de Sierra Nevada, la del pico del Veleta. En el nuevo auditorio el visitante puede disfrutar de la proyección en tres dimensiones de un documental científico o de la conferencia del último talento en la investigación. La sala Darwin, en homenaje al autor de 'El origen de las especies', reúne un cibercafé, aulas para talleres y cursos, así como una biblioteca. La entrada a este espacio es libre y pretende ser un lugar donde se den cita las manifestaciones científicas y artísticas, «porque queremos presentar la ciencia de la mano de la cultura», dijo Ernesto Páramo.Los más avanzados audiovisuales en sus diferentes formatos, la herramienta fundamental de la divulgación en la actualidad, se podrán ver en tres salas de minicine. Este visitante imaginario a este encuentro en la cuarta fase observará el trabajo de los investigadores en unos laboratorios llamados 'Las ventanas de la ciencia', «porque queremos que la gente vea cómo trabajan los especialistas, lo que hacen e investigan y que compartan con el público estas experiencias», indicó el director del centro.Es un edificio solar que se 'alimenta' con la energía captada por un gran número de paneles fotovoltáicos situados en la azotea, un paisaje totalmente futurista que sirve para explicar aquello de las energías renovables y no contaminantes. Antes de entrar en los nuevos pabellones temáticos podemos hacer un viaje a la Antártida, la gran muestra que ocupa una de las salas de exposiciones temporales, donde el visitante puede convertirse en protagonista de su propia expedición gracias a los medios interactivos. Una tarjeta electrónica nos servirá de 'pasaje' en este recorrido polar. En el Tecno-Foro, nuevo espacio dedicado a otras exposiciones, y siempre con esa mezcla de ciencia y cultura, el público se adentra en el mundo de los autómatas, los primitivos robots que se encuentran a medio camino entre el juguete y las esculturas móviles. Una muestra de más de cincuenta piezas que van desde figuras en miniatura hasta autómatas de más doce metros de altura. La exposición acoge el proyecto 'Cabaret Mechanical Theatre', cuyas obras están expuestas en el Covent Garden de Londres. Además, se pueden ver las piezas del artista norteamericano Norman Tuck y 'El violinista' del granadino Enrique Lanz. La ciencia sigue el camino marcado por la cultura y traslada al visitante al pasado andalusí. Un completo pabellón está dedicado a Al-Andalus y las ciencias, los muchos saberes del esplendor hispanomusulmán que han llegado hasta nuestros días. La planta baja está ocupada por una exposición que aborda la ciencia árabe occidental, que se nutrió de las aportaciones llegadas de Oriente, a las que se sumaron las tradiciones persas, indias y greco-latinas. A través de réplicas, mapas y paneles, el espectador se acerca a un planteamiento global de la ciencia andalusí que abarca astronomía, matemáticas, medicina, farmacología, botánica, agua y agricultura. Una de las curiosidades de esta sección es un espacio al aire libre bajo el nombre de 'Jardín de Al-Andalus', en el que se muestran las plantas que llegaron a la Península en época andalusí, así como una exposición sobre las Rutas de El Legado Andalusí.La primera planta acoge la exposición 'Qantara. Patrimonio mediterráneo cruzado entre Oriente y Occidente', que aborda la arquitectura y la influencia del arte hispanomusulmán desde la llegada del islam hasta el siglo XIX. Esta muestra ha sido organizada conjuntamente con el Instituto del Mundo Árabe de París. El responsable de El Legado Andalusí, Jerónimo Páez, anunció que este espacio no será exclusivamente expositivo sino una especie de lugar de encuentro con el mundo árabe y promotor de iniciativas como la digitalización de los manuscritos andalusíes, entre otros proyectos.Nada más salir de Al-Andalus podemos internarnos en el cuerpo humano, un pabellón que permite sumergirnos en el interior de nosotros mismos. Se pueden observar piezas únicas como un cuerpo humano plastinado por los laboratorios del doctor Gunther Von Hagens, creador de esta novedosa técnica de conservación de órganos; equipamiento médico de campaña desde las guerras carlistas a la Guerra Civil española o piezas que muestran la evolución de la odontología o la microscopía, entre otros.El viaje comienza en la célula, para después llegar a la piel y adentrarse en el aparato locomotor, seguir con el cardiorrespiratorio, pasar al digestivo, seguir con el endocrino, el urinario, el reproductor y finalmente el nervioso. También hay espacio para la genética, los hábitos saludables y los retos a los que se enfrenta la investigación médica en el futuro.Y como más vale prevenir que curar, un último pabellón de esta visita a la cuarta fase lleva al visitante a la cultura de la prevención, donde el público se asombrará de los muchos riesgos que asume la actividad humana. A través de simuladores de accidentes de tráfico, muestra de señalizaciones, consejos y asunción de riesgos, entre otras cosas, se educa en la prevención. jltapia@ideal.es

No hay comentarios:
Publicar un comentario